Los palestinos huyen de Rafah sin saber qué es lo que vendrá después

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Miles de palestinos se enfrentan a la difícil decisión de abandonar la localidad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, tras una noche del lunes de intensos bombardeos israelíes y mientras las partes en conflicto retoman las negociaciones indirectas en El Cairo para un alto el fuego.


“¿Zona segura? No hay ningún lugar seguro aquí”, dijo Mona al Shij Ahmad, después de que el ejército israelí ordenara a decenas de miles de palestinos en el este de la ciudad, fronteriza con Egipto, dirigirse a una “zona humanitaria” en Al Mawasi, ubicada a 20 kilómetros de distancia, en dirección a Jan Yunis.


La mujer, que decidió hacer caso a las órdenes de evacuación y abandonar la localidad, culpó a los países árabes e islámicos del fracaso de las negociaciones para lograr un alto el fuego entre Israel y Hamás.

 

La propuesta de Hamás 


El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo este martes que el anuncio de Hamás aceptando una propuesta de alto el fuego en Gaza “buscaba torpedear la entrada” de sus fuerzas en Rafah, y añadió que esto “no ha ocurrido”.


En un mensaje en vídeo, el mandatario defendió la decisión de tomar el control del extremo gazatí del paso fronterizo hacia Egipto, y dijo que con ello el ejército israelí logró dañar las capacidades del grupo palestino al negarle un cruce “esencial”. Sus palabras llegan mientras comienza una nueva ronda de negociaciones en El Cairo para alcanzar una tregua integral en la Franja, con la participación de delegaciones de Egipto, Qatar, EEUU y Hamás e Israel.


Netanyahu reiteró que la propuesta aceptada por el grupo palestino, que contempla varias fases de liberación de rehenes y presos hasta alcanzar una “calma sostenible”, está lejos de cumplir con los requisitos de Israel. Con todo, explicó que dio órdenes a la delegación negociadora israelí para que busque un acuerdo que logre cumplir con “los requisitos esenciales para garantizar la seguridad de Israel”.


El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró en la jornada de este martes que la operación militar en Rafah no se detendrá hasta que haya eliminado completamente a Hamás en la zona, o hasta que sea liberado el primero de los rehenes.

 

Difícil volver a los combates 


Según el general israelí retirado Israel Ziv, que dirigió la División de Gaza del ejército israelí durante la segunda Intifada (2000-05), Netanyahu sabe que será mucho más difícil volver a los combates si el país acepta un alto el fuego. 

 

En una charla con periodistas, Ziv dijo que el mandatario preferiría no tener que tomar la decisión de aceptar o no el acuerdo, y que no irá en contra de lo que decida el Gabinete de Guerra (en el que también tienen voto el ministro de Defensa y el líder del partido opositor Unidad Nacional, Benny Gantz). “Creo que el Gabinete ha sido muy preciso en su voluntad de buscar un acuerdo”, aseguró el militar.


Aun así, advirtió de que hay un consenso entre las autoridades israelíes sobre la necesidad de desmantelar los cuatro batallones de Hamás que según Israel se esconden en Rafah, por lo que no contar con un acuerdo de alto el fuego hace que una invasión del enclave sea su única opción.

 

Sin asistencia humanitaria 


Mientras tanto, la toma del extremo gazatí del cruce de Rafah hacia Egipto por el ejército israelí amenaza con abocar a los miles de palestinos desplazados en el sur de la Franja a sufrir una carencia aún mayor de asistencia humanitaria, al encontrarse cerrados los dos principales accesos meridionales (Rafah y Kerem Shalom). 


Todas las organizaciones humanitarias repiten que no hay ninguna zona segura en Gaza y ayer insistieron en que Al Mawasi, donde Israel dice trabajar en nuevos hospitales de campaña y acumular alimentos y medicinas, no cuenta con infraestructura ni recursos para un desplazamiento masivo.


“Venimos de Jabalia a Rafah porque decían que era una zona segura, luego a Jan Yunis porque era una zona segura, y volvimos aquí (a Rafah) otra vez”, aseguró Sabha Um Talal, que dijo que su casa fue consumida por las llamas tras un bombardeo israelí. “Somos civiles, no estamos con Hamás ni con nadie”, lamentó, y añadió: “¿Qué hemos hecho para merecer esto?”. 

Los palestinos huyen de Rafah sin saber qué es lo que vendrá después

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