13º-18º
sábado | 11 mayo | 2024
San Amaro cuenta, además de con el Club del Mar, con un curioso mirador que se prolonga como un puente inconcluso sobre el agua. En verano, los jóvenes temerarios se arrojan desde ella al océano, mientras que los de carácter más tranquilo se acodan en la barandilla para contemplar el paisaje. Sin embargo, hace meses que no puede acceder a la plataforma: la Policía Local lo cerró al resultar peligroso para el público.
Se trata de una infraestructura extraña, un recuerdo de tiempos antiguos. Originariamente era la base de una grúa, cuando el tren llegaba hasta allí para descargar el material con la que se formó la escollera que protege este barrio de la ciudad, que a veces parece tan remoto. Algunos vecinos lo recuerdan e incluso guardan en sus álbumes de fotos este recuerdo. Pero con el tiempo, finalizó la actividad, se retiró la grúa y solo quedó su base, en torno a la cual nadaban los chavales.
Esto terminó cuando Paco Vázquez decidió rehabilitar la estructura para que no desmereciera el Paseo Marítimo que estaba ciñendo la ciudad. Para ello, tuvo que llegar a un acuerdo con Demarcación de Costas. Esta administración se encargó de restaurarla, instalando un mirador que permitiera el disfrute del público, con una barandilla que cumpliera los requisitos de seguridad. Corría el año 1998-1999.
Casi 25 años más tarde, la madera permanece levantada por efecto del viento y el sol, convirtiéndose en un peligro para la los transeúntes. También es cierto que es otro peligro cuando está reparada, porque los bañistas a veces se arrojan al mar cuando el nivel del agua es demasiado bajo, pero el estado e abandono en el que se encuentra actualmente va camino de convertirse en permanente, tras varios meses de cierre.
Cuestionadas al respecto, fuentes de la Subdelegación del Gobierno confirman que la responsabilidad es municipal, de acuerdo con el convenio para su construcción del año 1992.
