Un año más la fiesta en honor a San Outelo, que se celebra en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Celas, en el municipio de Culleredo, se convirtió en un sentido homenaje al desde siempre considerado el mejor y más fiel amigo del hombre. Decenas de perros apostados en el atrio del templo fueron bendecidos por un sacerdote una vez finalizada la misa. Pero, por si la veneración por los canes no había quedado suficientemente patente, un especialista en escultura con motosierra brindaba su particular ofrenda con un busto canino. Una imagen que fue sorteada durante la verbena que amenizó la orquesta Fuego.
El programa de actos, con el que se clausuró este peculiar festejo primaveral, fue la celebración de una andaina, una feria de artesanía y un sorteo de ibéricos.
Por su parte, decenas de miñenses aprovecharon la bonanza meteorológica dominical para conocer de cerca uno de sus recursos turísticos naturales más importantes, como es la senda de las marismas del río Baxoi. Según fuentes municipales, el camino pertenece a la red ‘Moito que camiñar’ y combina tramos de tierra con pasarelas de madera que se integran perfectamente en el paisaje de ribera. Los asistentes partieron del lugar de A Rúa y estuvieron andando alrededor de dos horas.
Las mismas fuentes añaden que el Gobierno local, que preside Manuel Vázquez, con esta iniciativa refuerza su apuesta por la movilidad sostenible en el interior del municipio. Considera que con el desarrollo de una red de sendas, que además de ser un gran atractivo turístico y medioambiental, se permite a los vecinos trasladarse a pie entre los diferentes núcleos del término municipal.