El 75% de los puntos de droga en la ciudad se localizan en domicilios privados y no en locales de ocio

En lo que va de mes, la Policía Local ha actuado en dos locales donde se ha descubierto cierta cantidad de droga: un bar del Orzán y un after de Matogrande. De hecho, en este último se encontró bastante cocaína, aunque no se ha podido detener a ningún sospechoso. Pero, aunque los locales, sobre todo los de ocio nocturno, sigan siendo puntos de tráfico de drogas, fuentes policiales señalan que en realidad, más del 75% de los puntos de venta de drogas localizados se encuentran en domicilios privados (categoría en la que entran también las casas okupas). 

Aunque por la noche se mueve gran parte de los narcóticos que se consumen en A Coruña, a menudo el vendedor se suele mover por una zona. Solo en unos pocos locales se convierten en puntos de venta de droga (normalmente cocaína). Por ejemplo, en el local del Orzán que cerró a principios de mes la Policía Local se había encontrado una balanza, que presumiblemente se habría usado para pesar y repartir la droga en papelinas. 
 

En veinte puntos 

Sin embargo, la Unida de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, que combate el tráfico a nivel medio en la ciudad, actúa sobre todo en domicilios privados, aunque sean edificios ruinosos y okupados donde, a menudo, además de cocaína, se vende o consume heroína. En dos años, ha intervenido en veinte puntos, algunos muy conocidos, como el de la calle de camino de la Iglesia, donde hace años que se trafica, a pesar de las intervenciones policiales. 
 

Sin embargo, también se ha actuado en otros puntos que sí se han conseguido cerrar. Sobre todo, si se trata de casas okupadas. El problema es que estas son una minoría. Casi siempre el camello es un toxicómano que usa su propia vivienda, como ocurrió recientemente en la Sagrada Familia, donde una protesta vecinal  celebró una concentración a las puertas de un edificio donde se traficaba. Si el sospechoso vive allí legítimamente, es imposible desalojarlo. Y como la mayor parte de ellos necesitan trafican para pagar su propia dependencia, es difícil que se regeneren. 
 

Por otro lado, igual que los vecinos que viven junto a los locales de ocio nocturno son los primeros en denunciar, lo mismo ocurre en el caso de los domicilios: la gente extraña, las peleas y los robos suelen marcar los lugares donde se trafica. Son los vecinos los que muchas veces alertan a la Policía Nacional de lo que está pasando para que comience la investigación. Esta suele concluir con arrestos, pero no siempre con cierres.